Dentro de los diferentes tipos de sofás podemos encontrarlos de diferentes estilos para que se adapten perfectamente con la decoración de nuestro hogar.
Para crear un ambiente clásico es mejor optar por sofás de formas rotundas y envolventes. Son idóneos aquellos modelos con respaldos curvos, capitoné, apoyabrazos redondos y altos, pies pequeños y torneados, incluso con ruedas y tapicerías estampadas de época.
Si lo que pretendes es tener un ambiente más moderno y actual, se puede crear este efecto tanto con un sofá modular como con varios modelos compactos, siempre que tengan formatos sobrios y geométricos, brazos cuadrados, pies rectos y metálicos y tapizados lisos. Aunque los respaldos bajos de la mayoría de los diseños contemporáneos ayudan a dar un toque liviano y escultural a estas piezas, solo son adecuados para tumbarse. Cuando uno se sienta son incómodos ya que no permiten apoyar bien la cabeza y no protegen la espalda.
Muchos fabricantes apuestan por versiones prácticas que son fáciles de mantenimiento y de gran flexibilidad, es decir, modelos totalmente desenfundables, con bases registrables, respaldos reclinables, incluso con estanterías o mesas integradas.
Tanto en los sofás clásicos como en los actuales la clave para que duren y sean cómodos reside en un sólido armazón, una base firme y un relleno de calidad. El armazón es más resistente si es metálico, pero puede doblar el costo que uno de madera. La base ideal es una mezcla de muelles de acero y cinchas elásticas cruzadas en la base del asiento. El relleno más aconsejable es el rígido para el asiento (goma espuma de alta densidad con una capa superior e inferior de pluma de oca) y firme pero suave para el respaldo (de pluma de ganso o pato).
En cuanto a la tapicería, hay que decir que las telas marcan el estilo con sus gamas cromáticas, diseños y estampados, pero también definen la funcionalidad y calidad con las tramas, texturas y los diferentes tratamientos que incorporan.
Desde Muebles La Troje os aconsejamos que elijáis tapicerías tupidas o con trama apretada, no importa que sean finas, para que resistan el desgaste y los continuos lavados. Siempre con texturas, sobre todo si son lisas, para que aguanten el roce diario, por supuestos, sin poliéster, para evitar las bolitas.
En cuanto a los tratamientos puedes optar por los sanforizados que impiden que la tela se encoja y por los anti manchas, tipo teflón, que repelen la suciedad.